Nakhal Fort es una de las fortificaciones más imponentes de Omán. Un castillo que podría ser protagonista de cualquier cuento o leyenda de Oriente Medio. Está situado en una roca y desde su altura privilegiada observa las montañas y los palmerales que le rodean. Fue diseñada siguiendo el contorno irregular de la roca y se puede apreciar en distintas zonas de la fortaleza, como sobresalen porciones de piedra que forman parte de la estructura del edificio. No se sabe con precisión cuando se construyó, pero parece ser que se fue en una época anterior a la llegada del islam a Omán. A lo lardo de los siglos, Nakhal Fort ha sido ampliado y restaurado varias veces. La restauración más grande se realizó en el S XVII. Aunque Nakhal por el mero hecho de tener la fortificación no fue nunca capital del país. En aquel tiempo el fuerte sirvió de cobijo a mercaderes y comerciantes, qué al igual de los Reyes Magos, transportaban mirra, incienso y especias en su ruta hacia Nizwa. Una auténtica obra de ingeniería, rodeado de impresionantes murallas y almenas. Cuenta con varios niveles, en el inferior hay una mezquita, un patio con un pozo y un almacén de dátiles. En el nivel superior se encontraban las habitaciones, salones en los que el wali (el gobernador) recibía a sus visitas, con habitaciones para mujeres otras para hombres, las de verano y las de invierno, además, muchas de ellas están decoradas para hacerse una idea de cómo era la vida en fuerte por aquellos tiempos. Como buena fortaleza su carácter principal era defensivo y a Nakhal Fort no le faltaban recursos para repeler los ataques enemigos. En la parte más alta de la fortaleza la vista es excepcional. Por un lado, un extenso palmeral de palmeras datileras, quizás se deba a este palmeral el nombre del fuerte, ya que Nakhal significa “palmera”. Desde el otro lado se divisa la cordillera de Al Akhdar, llamada también, la montaña verde.