Cerca de Tinerhir, ciudad del Alto Atlas marroquí, al final de un frondoso valle poblado de palmeras y de aldeas formadas por chozas de barro, rodeado por un cerco de áridas y escarpadas montañas, se encuentra una de las maravillas naturales marroquíes, la Garganta del Todra. Su altura se acerca a los 300 metros y en su punto más estrecho la anchura es de tan sólo 10 metros. Aunque el desfiladero principal se puede explorar en pocas horas, es recomendable disponer de más tiempo para recorrerlo en dirección a Tinerhir, ya que, a lo largo de esta ruta, surgen numerosas kasbahs, cuyos habitantes son muy acogedores.