Son unas grutas naturales excavadas por el agua situadas en Melilla La Vieja, que tienen su acceso desde el museo de Arte Sacro y están consideradas un Bien de Interés Cultural. Fueron usadas por fenicios, romanos, árabes y finalmente por los españoles. Disponen de una gigantesca cavidad abierta, reforzada por un arco parabólico de piedra y ladrillo y 3 niveles intercomunicados, de más bajo a más alto. El primero consta de 2 naves que se cruzan y que fue usado como iglesia, el segundo, un conjunto de estancias comunicadas entre sí y con ventanas al exterior, siendo el tercero parecido al anterior, pero de estancias más pequeñas y bajas.